Llorar. Siempre llorar. Siempre se acaba llorando.
Lloré en los momentos más tristes de mi vida, y en los más felices. Pase lo que pase, siempre se va llorar: cuando alguien se muere, cuando algo sale bien o cuando pierdes a algo importante para ti.
Pero ninguno de estos llantos es el más triste. El llanto más triste es aquel que nace de la confusión de dos sentimientos.
Nace de la hermandad de de la tristeza y de la felicidad, nace de la unión de la noche y el día. Este sentimiento es un híbrido imperfecto, que llora de rabia, de dolor, de felicidad, de orgullo.
Este llanto brotará cuando los celos se apoderen de ti y te conviertan en una persona totalmente distinta a lo que eres.
Este llanto nacerá cuando no sepas si amar es lo correcto y deberías dejar de hacerlo.
Cuando, una noche, llores y llores, y no quieras llorar, sabrás lo que se siente.
Llorarás y llorarás hasta no tener lágrimas, lo harás en silencio por miedo a molestar.
No querrás que nadie sepa que estás llorando, no querrás que nadie sepa en lo que te has convertido. Ansiarás que nada hubiese pasado, que no hubieses dado ese paso hace un tiempo.
Estás destinado a llorar en esta cárcel de papel, y cada vez que pienses que las lágrimas te van a sacar de ahí, alguien volverá a colocar la cárcel.
Y ahí dentro lo recordarás todo: su olor, su sonrisa, su pelo, las cosquillas y todos los momentos que vivisteis.
Recordarás aquella noche en la que llevaste a esa princesa a cuestas. El tacto de su mano, el perfume de su cuello.
Entrada dedicada a Cristina, por animarme a abrir esto.
¡Oh! Muchas gracias =D
ResponderEliminarAhora me hago seguidora tuya =)
Ya sabes lo que pienso de esta entrada, me encanta.
Saludos =)